LOS JOVENES AMANTES

Es una película especial no solo por su contenido y sus actores, sino también por el origen del proyecto. La directora Corine Tardieu estaba ya trabajando en esta película con Sólveig  Anspach, antes de su muerte, en un proyecto tan delicado no solo por las circunstancias, sino que se basaba en una historia amor que vivio la madre de Anspach  a sus 75 años. Mucha responsabilidad para la directora que retomó el proyecto con el guión de Agnés de Sacy y Raphaële Moussafir. El planteo no tiene la actitud de la mirada progresista de cómo se debe aceptar para una sociedad patriarcal una relación entre una mujer de 70 y un hombre de 35, cuando festeja al invertirse la situación. Ni es un alegato a favor de la tercera edad. Es el tratamiento delicado, elegante, tierno y sensible  de un amor loco, de un deslumbramiento que no conoce conveniencia ni se amilana por perspectivas oscuras. Se abre paso indomable como el deseo. Pero también es una película de mujeres, de la esposa y la hija de él, de la hija y la nieta de ella. De la vida que da oportunidades escasas que solo disfrutan los valientes por el tiempo que sea. Porque también ese es el tema, el paso del tiempo, nuestra impotencia, y por sobre todo la valentía de hacerle frente a cualquier realidad  y desafiar situaciones. No es una película perfecta, tarda en cuajar la historia, pero su encanto y como es tratado el tema  bien valen su visión. Además del trabajo y la maravilla de Fanny Ardant, Celine de France y Melvin Poupaud.


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