Sebastián Maniscalco es muy famoso en EEUU con sus shows como comediante, donde generalmente hace rutinas sobre sus orígenes italo-americanos, llena estadios. Es evidente que haya pensado que su paso siguiente es recibirse de comediante en el cine: por eso esta película lo tiene de protagonista, co-autor del guión con Auster Earl y productor. Y además se dio el lujo de tener como compañeros de elenco a nombres muy famosos. El argumento muestra la relación padre e hijo, de un viudo que a su manera quiere sobreproteger a su hijo a punto de pedir la mano de la mujer de sus sueños. Una rica heredera que lo invita a conocer a sus padres en un finde largo. Eso le permite a Robert de Niro no ser cómico pero si enojoso, supuestamente sabio y tierno capaz de cometer errores garrafales. Un trabajo de taquito que suele mandarse el mítico actor. A su lado se luce Kim Cattrall, David Rasche t Leslie Bibb, pero a Maniscalco se ve rígido, sin timming para el género. Con todo la historia de rechazos y reconocimientos, de ensamblaje de familia tan distintas e integración forzosa entretiene medianamente con recursos lujosos.