Los realizadores son muy famosos youtubers australianos (Danny y Michael Phlippou), creadores de un canal donde muestran su material de humor y terror, con dudoso gusto. Pero aquí con una productora fuerte detrás han logrado realizar un film de terror que se hizo barato y da grandes ganancias para sorpresa del mercado norteamericano. No se trata de un terror de autor que vaya a revolucionar al género, pero si de una efectiva y fuerte apuesta al género que es una vuelta de tuerca a las convocatorias de espíritus y a jugar en el límite de la vida y la muerte. Primero tiene una introducción que es violenta y no da respiro. Después ubica a su joven elenco, muy bien dirigido, en una trama que muestra como adolescentes se divierten con una nueva adicción: aferrarse durante 90 segundos a una mano embalsamada que convoca a espíritus terroríficos. Pasado ese tiempo se corre el riesgo de una posesión completa. La protagonista es una joven que sufre porque su madre se suicidó y no soporta a su padre desesperado. Por eso prácticamente vive en la casa de su mejor amiga, que además sale con su ex amor. No conviene contar más. Todo se trata de una buena dosis de sustos con golpes de efecto de sonido, música y edición y una trama macabra. Sera entre nosotros también un seguro éxito.