Se supone que es una película de terror, de origen portugués, dirigida por Gabriel Abrantes, pero es difícil de clasificar. Por lo absurda. Un muchacho joven atormentado por saber sus orígenes biológicos por fin recibe una información reveladora que lo lleva junto a su novia a un aislado palacio en Portugal. Llegar y sorprenderse es poco, tiene un supuesto hermano gemelo y una madre de rostro muy estropeado por las cirugías que a la primera de cambio los presenta a su staff administrativo como su novio. Más que sustos aislados la historia huele a telenovela delirante pero carece de humor. Elegir a un mismo actor para los dos personajes no fue un acierto, es artificial y descuidado. Y los supuestos horrores son mas perversidades estrambóticas que solo responde a la frase publicitaria “el amor de una madre a veces muere…” Resulta más ingeniosa que toda la película. Puede ocurrir que sin intensión logre cierto atractivo.