Algo ocurre con este film que nos atrapa, nos sorprende y perturba. Pareciera que el realizador quiere construir un teorema sobre como las culpas de los padres pasan irremediablemente a los hijos. Aunque para eso se valga de un argumento, el escribió el guión con Dominick Parentau Le Beuf, bsandose en la novela de Alexandre Pastel, que tiene vueltas de tuerca con poca lógica, pero no carecen de impacto. Le exige al espectador que se entregue a su convicción. Estamos dispuestos a hacerlo. Posiblemente si. Un diseñador de moda abre el film con un desfile de moda deslumbrante, del que finaliza con un ataque de pánico. Antes de poder investigar las causas, se entera que su padre ha muerto de un ataque al corazón y debe volver a su Canada natal para resolver el imprevisto. Transita el comiezo de su fama y la relación con su padre esta rota hace tiempo aunque nunca se explique porque. Ya instalado con la urgencia de terminar todo rápido, entierro express, donación del contenido, venta del inmueble ocurren dos hechos decisivos: un amigo de su padre se presenta dispuesto a ayudarlo, quizás su progenitor con alguien fue bueno, piensa el protagonista. Pero por poco tiempo el horror se rebela pronto y la reacción que tiene frente a eso es peor aun. Y una nueva vuelta de tuerca abisma el tema que lo destruye. Tensa, bien actuada, caprichosa pero entretenida si aceptamos las trampas en pos de una convicción (###)
DRAMA (Con elementos de terror y vueltas de tuerca que sorprenden y perturban)