Lo que propone esta película es mostrar cómo se arma un monstruo, cómo una
misma mujer puede ser víctima y transformarse en victimaria, pero en un planteo que evita los razonamientos fáciles y el reduccionismo. La vida de Stella Goldschlag es la base de la historia. Con un gran trabajo actoral de Paula Beer, que nos introduce primero en la rutina de Stella, en 1943, que ama cantar jazz y tiene un grupo de amigos entrañables con los que sueña llegar al estrellato. Las noticias sobre las atrocidades en Auschwitz llegan como rumores que prefieren ignorar. Cuando la situación se pone difícil para los judíos, ella utiliza su apariencia no típica para arrancarse la estrella identificatoria, circular por Berlin, tramitar pasaportes falsos y tratar de sobrevivir, ganado algún dinero sucio o conquistando soldados nazis de cierto rango. Pero cuando es arrestada por la Gestapo, brutalmente golpeada y se entera que una amiga la delató, se transforma. Y manda a los campos de concentración a centenares de judíos. Comienza a odiarlos, la raíz del mal germina en su cabeza. Película desafiante, que evita empatizar con la protagonista, pero bucea en su interior, más que el disfrute provoca una incomodidad que siempre es bienvenida. (###)
DRAMA (Una historia real que permite bucear en la raíz del mal)