Una extraña y fascinante película que tiene metáforas claras pero a la vez una comprensión de lo fantástico, una empatía con sus criaturas, que resulta conmovedora. En un futuro cercano, luego de la devastación que provoco un virus (quizás el covid inspiro que coescribe y dirige Thomas Cailley) extrañas mutaciones aparecen en los humanos. No se convierten en animales totalmente, algunos desarrollan alas y el rostro se parece a un águila pero el resto del cuerpo sigue humano, ranas, lobos, lechuzas. La sociedad los desprecia y en Francia deciden encerar a esas bestias, así las llaman, o directamente matarlas. En el medio de esa situación, un hombre y su hijo adolescente deciden mudarse cerca del centro donde encerraran a la que fue mama y esposa y ya no los reconoce ni puede comunicarse con ellos. Circunstancias azarosas hacen que esos mutantes huyan y al mismo tiempo el chico que está en plena etapa de crecimiento, observa que su cuerpo se transforma aunque puede ocultar por un tiempo sus consecuencias. Es una fantasía pero se habla de la discriminación que puede ser brutal con los diferentes, las minorías, los inmigrantes y la lista sigue. Pero también es una historia de crecimiento, un coming of age, de alguien que busca un lugar en el mundo de los adultos. Maravilloso actores como Roman Duris, un talento Paul Kircher, otro Tom Mercer y desaprovechada Adele Exarchopoulos. Con momentos muy logrados, de belleza y emoción, sin golpes bajos, aunque con demasiadas vueltas de tuerca, el film es atrayente y nos interpela. (####)
DRAMA (Con fantasía, ciencia ficción y razonamientos muy actuales. Fascinante)