NADA QUE PERDER

La unión de la realizadora Delphine Deloget, co-autora también del guión, en su opera prima, con la estrella Virgine Efira, es de una importante sociedad creativa. El retrato de una madre soltera enfrentada al sistema de protección de niños y a la justicia, es siempre conmovedor y revelador. Una situación que puede vivir cualquier familia, un chico preadolescente que intenta cocinarse unas papas fritas, provoca un desastre en la cocina y termina en un hospital con quemaduras. La madre, que trabaja en un boliche en horario nocturno no estaba. Lo había dejado solo, sabiendo que su otro hijo adolescente estaba por llegar. Es el que lo lleva a curarse. Los servicios sociales inician una causa y eso deriva en que la madre pierde la tenencia de su hijo. Y comienza una batalla donde todos sus esfuerzos siempre le salen mal en múltiples complicaciones. La burocracia y el sistema judicial terminan siendo un engranaje que anula todos los esfuerzos de la desesperación. El muro donde se estrellan las mejores intenciones. (### Y ½)

DRAMA (Una mujer juzgada con dureza que pierde la tenencia de su hijo)


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