Un policial al servicio del protagonista y también productor, el famoso actor Chadwick Boseman, Pantera Negra y Avengers en el universo de Marvel, que quiere ser un tenso film de denuncia y se queda en la superficie. Dirigido por Brian Kirk, el mismo de “Game of Thrones y Luther, es un policial que transcurre en una violenta noche en Manhattan, con un policía que quiere atrapar a los asesinos de colegas esa misma noche y sella los 21 puentes y todos los túneles que comunican a Manhattan con sus alrededores. Se trata de un hombre con problemas con asuntos internos en la fuerza, que tuvo un padre también policía ejemplar, que murió asesinado cumpliendo con su deber. Un hecho que se transformó en mandato para el protagonista. Lo demás es un dúo ultra-eficiente, armado hasta los dientes, violento, que asesina a mansalva, y una trama que incluye a mafiosos, un cargamento de cocaína demasiado grande y la corrupción como única explicación. Pero esta historia, por momentos un poco confusa, es el soporte para la acción constante, bien construida y coreografiada, con toneladas de balas por doquier. Un elenco que suma a Sienna Miller y J.K. Simmons, todos merecedores de un libro con mayor sustento y otros objetivos más allá de entretener con pura acción.