Lo último de una saga que tuvo picos muy altos y personajes inolvidables. La intención del director Josh Boone es ir a las fuentes y dedicarse a mostrar lo que ocurre con estos jóvenes que tienen habilidades especiales pero son utilizados sin piedad ni atisbo de dignidad. Es un thriller psicológico ambientado en un asilo como ya vimos muchas veces. Sin embargo la manera de encarar a los personajes, con lejanos contactos con los otros X-Men, y poniendo el acento en el trío de protagonistas femeninas jóvenes en un genero típicamente masculino, es un buen acierto. Contada a través del punto de vista de Dani Moonstar (Blue Hunt) muestra como sobrevivió a un desastre y se despierta atada a la cama de una institución psiquiátrica comandada por el personaje de Alice Braga (otro acierto) Sus compañeros de prisión son el personaje de Anya Taylor Joy que se tele-transporta, Maisie Williams con instintos animales pero de buen corazón, el fogoso literal Henry Zaga, Charlie Heaton ( Stranger Things) veloz como un rayo. Todos estos personajes provienen de la primera novela gráfica publicada en l982. No se sabe porque esos adolescentes están ahí, cuentan sus historias como pesadillas recurrentes, que pueden ser reales. Y acorde con los tiempos hay un amor entre dos chicas. Todo para un combo que no está mal hecho y le va a gustar a los seguidores de la saga, pero que no presenta demasiado nuevo, y hasta parece de otro época.