Se trata de un film de terror que viene de Rusia y su título hace alusión a una supuesta leyenda urbana que atribuye poderes terribles a una enorme piedra utilizada para sacrificios humanos, cuyo nombre se pronuncia con un acento en la primera vocal. Se supone que está en las catacumbas de la ciudad de San Petersburgo y que una joven, que arrastra a un profesor y sus amigos, quiere encontrarla, para reivindicar la memoria de su abuelo. Un anciano que escribió, siendo un empleado del subterráneo, todo lo relacionado con ese altar maldito, que causó la muerte de sus compañeros y a él le hizo pasar la mitad de su vida en un hospital psiquiátrico. Como nadie creyó en sus relatos, su nieta se empecina en devolverle su buen nombre y honor. Y así el grupito va descendiendo entre pasadizos, tubos, ruinas hasta encontrar un destino que ya vimos muchas veces, mientras el número de sus integrantes disminuye trágicamente. Con interrupciones, cortes de luz, una chica con problemas respiratorios, ruidos extraños y alguna vuelta de tuerca todo se desliza por un terreno conocido para los fanáticos del género.