La idea de la guionista Marisa Kate Goodhill y la directora Brenda Chapman fue fusionar los mundos imaginarios de Lewis Carrol y J.M.Barrie. Una vuelta de tuerca que afirma la originalidad de pensar a Peter Pan y Alicia, la que visita en mundo de las maravillas, como hermanos. Esos chicos viven felices hasta que la desgracia y la pérdida los empuja a buscar refugio en el mundo de la fantasía. Es la única salida que encuentran cuando a pesar de sus esfuerzos el mundo adulto les resulta insoportable. Cuando muere el brillante y aventurero hermano mayor la tragedia se instala en la familia. La madre se desespera y cae en el alcoholismo y el padre, un gran artesano, regresar al bajo mundo de las apuestas y a la presión de sus acreedores. Entre tanta información, con bellos y sugestivos personajes desaprovechados, lo que más abunda es el tremendo melodrama que oscurece por demás a la película. Si fue pensada para chicos, le da poco espacio al juego de la imaginación. Así el paseo por el mundo de las maravillas es demasiado breve y queda mejor realizada la transformación del niño entristecido por los adultos que elige ser Peter Pan para buscar el mundo del “nunca jamás”. También se ve sugestivo y poco desarrollado el inframundo siniestro donde los hermanitos incursionan para salvar a su padre. Y la tía perversa que solo quiere educar como a dama a Alicia. En los roles principales esta Angelina Jolie doliente y llorosa, acompañada por David Oyelowo iracundo y reiterativo. Los chicos están muy bien interpretados por Jordan Nash y Keira Chansa. En breves apariciones los grandes Derek Jacobi y Michael Cane.