Es un film particular, basado en un best seller, que tiene toda una intriga policial, más el juicio de la presunta culpable, pero que se explaya con una mirada romántica y bella sobre la vida que sobrellevó una mujer sola, abandonada desde niña por toda su familia y que pudo sobrevivir en un ambiente de belleza y soledad. La fotografía de Polly Morgan le da a ese entorno de los pantanos de Carolina del Norte, una sugestión única, que invita a abandonar los detalles lógicos de lo que se cuenta, para entregarse a esa sugestión que tan bien lleva adelante la directora Olivia Newman. En el guión de Lucy Alibar no hay respuestas ni a como realmente sobrevivió esa niña en soledad, ni los detalles de su transformación. La atención esta sobre los momentos de abandono, los amores con dos hombres del pueblo y la desconfianza hacia toda posibilidad amorosa, luego de dos experiencias decepcionantes. Y como ante el asesinato de uno de esos hombres, las sospechas recaen en ella que por algo es estigmatizada como la salvaje y la distinta. Dasy Edgard-Jones, a quien ya admiramos en “Normal People”y “Under the banner of Heaven”, es la protagonista perfecta para esta visión un tanto almibarada de un destino que sorprende en el último minuto.