Es una película donde nadie puede confundirse con su contenido. Desde el poster y el tráiler ya se sabe que dos chicas quedan atrapadas en lo alto de una torre de 600 metros de altura y que lo que veremos nos dará adrenalina pura de acción, sustos y miedos. Es un film clase b, pequeño y astuto. El director Scott Man supo filmar y luego lo ayudó mucho la edición imprescindible y los efectos especiales para lograr mantener el suspenso del principio al fin. La historia abre con un muchacho y dos chicas subiendo una pared montañosa, prácticamente vertical y peligrosa, donde el esposo de una de ellas cae al vacio. Salto en el tiempo y al año, la viuda sigue desconsolada, no recibe ni al papá que le critica al difunto y se aferra a la aventura que le propone la mejor amiga, si la que estaba en la escalada del comienzo, para subir una torre de comunicación oxidada y a punto de ser derribada. La película en ingles se traduce como “caída” aunque nadie le quita la sensación de vértigo que provoca. Las chicas suben esforzadamente y apenas llegan a una mínima plataforma se caen todas las escaleritas, así que a aguantar secretos revelados y por sobre todo tratar de sobrevivir al viento, la lluvia y otros ingredientes. No se puede pedir más que razonamientos con lugares comunes y sustos con vueltas de tuerca del principio hasta el final.