Cine coreano de acción, que es la remake de un film español, pero que de inmediato remite a lo que ocurre en “Máxima Velocidad”. Aquí un gerente de banco, un hombre de gran posición económica cumple con su obligación de llevar a su hijos (un niño y una nena) al colegio. En el recorrido suena un teléfono que encuentra en la guantera, donde le hacen una advertencia que pone en tensión a la película del principio al fin. Le advierten que en el auto hay una bomba que estallará si lo detienen o alguien se baja del vehículo. El precio de la salvación es pagar un rescate, transferir millones de su cuenta a otra y conseguir una suma en efectivo. Es una mezcla de acción y drama bien dosificada que pondrá contentos a los que gusten de un cine que es una descarga de adrenalina. El director Dchangsu Kim hace un buen trabajo donde sobresale un perfecto plano secuencia con la explosión de otro coche y no abusa de la utilización de drones. El clima de tensión y desesperación se mantiene porque no solo se trata de paga el rescate, uno se entera con cuanta antelación se planeó todo, sino mantener a los chicos a salvo y evadir a la policía. Un entretenimiento que cumple con lo que promete.