La esposa lo define con una frase simple y contundente; “no teníamos nada, ahora él lo quiere todo…” Que pasa en la cabeza y el alma de un hombre sencillo para transformarse en un monstruo, sus motivaciones no son ideológicas por más que se trata de 1941 y de un francés durante la ocupación nazi. En ese hombre lisiado que se salvó de ser reclutado, anida un resentimiento y una codicia que desatan un veneno sin antídotos. Es un empleado de un joyero judío talentoso que advierte que debe irse lo antes posible, por eso le propone a su empleado suponer una venta del local y la vivienda, con la promesa de devolución al terminar la guerra. La familia huye, pero Mr Haffmann no puede concretar la partida y regresa. Así se transforma en un fugitivo, preso en el sótano, casi un esclavo para seguir creando joyas y para hacer que la esposa de su antiguo empleado quede embarazada. Mientras tanto la transformación del protagonista tentado por los favores de los nazis es total. Fred Cavayé dirigió el film y escribió el guión con Sarah Kaminsky sobre la obra teatral de Jean-Philippe Daguerre. Armó una estructura de suspenso para hablar de la dignidad, la inhumanidad, la duplicidad, la ambición. Un clima asfixiante de situaciones límites, hasta demostrar que “el miedo puede cambiar de dueño”. Eligio a grandes actores, Gilles Lellouche Daniel Auteuil. Sarah Giraudeau, que conmueven con sus composiciones. Siempre es tentador y desafiante abrir las puertas donde se conciben los demonios. Presentarlos como lo que son, la encarnación del mal aquí en la tierra.