Octavio Revol Molina con la colaboración de Nicolas Abello dirigen esta película filmada en las yungas de Metan y en Córdoba,. El argumento se mete con una leyenda del norte argentino, una criatura mentada en relatos, fogones y testimonios, que forman parte del bagaje cultural mítico de nuestro país. Ese humanoide peludo que puede ser confundido, por los que no son de la región, como un ejemplar del único oso existente en Sudamérica. Según la superstición, la criatura ataca para alimentarse y perpetuar la especie. Con una buena fotografía, y un relato alimentado de flashbacks crea una intriga que enfrenta la incredulidad científica con la convicción popular. El tema de la realización es floja, el vestuario, el pasado incaico y ciertos efectos especiales que es mejor olvidar para sugerir más que mostrar. Un intento esforzado de cine de género.