CREED III

De la mano de Ryan Coogler como director y guionista, con el aporte del viejo Rocky de

Stallone este spin off logró poner el órbita una secuela que ahora ¿termina? Con una tercera

entrega  donde el director es el protagonista, donde no aparece Stallone en cámaras, aunque si en la producción junto a Jordan y Coogler que además es el co-guionista. En su debut como director  Michel Jordan utilizó, por primera vez en un tema deportivo, las cámaras digitales certificadas por Imax que dan mayor nitidez y además utilizó en la estética de las peleas  su amor y admiración por los animes como Naruto y Dragon Ball Z. La historia tiene todos los ingredientes de la saga, que bien vale remarcar, que siempre puso su interés en el desarrollo de sus personajes. Aquí Apolo es un hombre retirado y poderoso, tiene un gimnasio, propicia nuevos  valores del deporte y disfruta  ser una celebridad. En ese mundo perfecto irrumpe su pasado. Su mejor amigo , casi un hermano de la infancia, que soñaba con la gloria de ser boxeador,  pero que vivió sus últimos 18 años en la cárcel envidiando la carrera de Apollo.

Vuelve para reclamar y para que se haga la esperada pelea final. Además encarnado por Jonathan Mayors, cobra un valor extra. Debajo de la fama y el glamour la historia nos quiere hacer creer que el personaje central tiene cuestiones emocionales sin resolver y eso, aunque se notan los hilos funciona. La necesaria lucha entre el bien y el mal que fue el combustible de Rocky y persiste en Creed.


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