Es una película que plantea temas muy serios como la soledad extrema, la represión de los deseos, los secretos guardados que hacen estragos en el presente, la discriminación, la homofobia, pero en un envase distinto. Los elementos fantásticos acentúan las historias y las situaciones, la estética es fastuosa, el entorno de paisajes alpinos de cuentos de hadas. La talentosa directora Léa Mysius que escribió el guión con Paul Guilhaume no le teme a una elaboración intrincada que encaja en lo importante y deja para discutir a los espectadores cuando termina el film. No vacila en resolver las historias con viajes temporales y el descubrimiento de una niña sobre la verdadera historia de su madre, a la que adora y defiende con sus mejores armas. Pero sobre todo eso está la realización de Mysius con la utilización de color y la música para cada situación para cada estado de ánimo, para atraparnos es una verdadera experiencia sensorial y seductora. Cuenta además con el trabajo avasallante de Adele Exarchopoulos y el descubrimiento de la magnífica Sally Dramé. No es una película perfecta, tiene algunas historias laterales que nos hubiese gustado conocer, pero es una película que querrán ver más de una vez. Por ahora en cines y después en Mubi.