Una agradable animación de origen alemán que muestra una tradición que para nosotros cumple el ratón Pérez y aquí tienen atareados a hadas y aprendices que deben llevarse los dientes humanos, manejarse con sigilo y dejar un regalo apropiado al niño en cuestión. Con la dirección de Carolina Origer, se cuenta una historia de crecimiento para niños y hadas, mezclado con preocupaciones ecológicas de protección del medio ambiente. En el mundo fantástico una aprendiz glotona intenta sin éxito recibir su diploma. Frustrada con su mala suerte se cuela en el mundo de los humanos para aliarse con una chica que no soporta su nueva familia ensamblada: un nuevo compañero para su madre y dos chicos a los que debería considerar hermanos. Entre esas dos chicas descontentas avanzará una sororidad que implica valentía, enfrentamiento con humanos depredadores, peligros y el objetivo de restituir su mundo de confort. Una de las escenas más emotivas tiene que ver con la salvación de un árbol ferozmente herido. Alegre y divertida, con un trabajo de animación bien realizado se convierte en un entretenimiento de buena factura.