Es una película que juega con elementos de terror pero que en realidad maneja un suspenso que retiene información constantemente, con el riesgo de transformarse en un leve tedio, pero que con buenas actuaciones, muy bien iluminada, y algunos sustos sostiene un nivel superior dentro del género. Una oftalmóloga se entera de la muerte de su hermano cura y de inmediato se traslada a un convento donde ocurrió todo, con la sospecha de un asesinato más que con la historia oficial de un suicidio. El director Christopher Smith, que escribió el guión con Laurie Cook, muestra a una inquietante madre superiora, a un enviado del Vaticano para investigar y a las monjas y novicias envueltas en extraños rituales. Secretos y climas enrarecidos por la religiosidad extrema y tradicional. Todos pueden ser distintos de las apariencias. Pero será la protagonista la que deberá descubrir su inquietante destino. Entretiene.