EL NIÑO Y LA GARZA

Esta película no deja de ser un acontecimiento. Que un maestro de la animación artesanal como el legendario Hayao Miyazaki haya salido de su aislamiento de diez años para brindarnos, a sus 82,  este film, es un verdadero regalo para sus seguidores, para los amantes del cine, para quienes ya saben que la animación no es una categoría menor, es arte cinematográfico y punto. Según la información es la película con mas referencias personales de Miyazaki . Reúne aquí recuerdos sobre la guerra, los duelos, con una profunda reflexión sobre las pérdidas y el dolor, los cruces entre la vida y la muerte, el caos inevitable y la tristeza, lo siniestro y lo sublime. Este trabajo artesanal es tan bello que cada momento vale como un cuadro, con detalles y colores que recuerdan desde pinturas de Monet, hasta estallidos de violencia aterradores, pájaros gigantes que marchan como huestes fascistas, conjeturas sobre mundos paralelos. La aventura de verla es tan intensa como su argumento que tiene como protagonista a un niño que perdió a su madre que quiere buscar la verdad en senderos prohibidos y peligrosos. La garza del título puede ser bella y  al rato siniestra con dientes humanos y transformarse luego en un guía antropomorfo temible y tímido al mismo tiempo. La película no solo es bella y de un derroche imaginativo único, tiene momentos de mucha acción y otros tan conmovedores como únicos como el encuentro del protagonista con una niña que en un futuro y  en otro mundo será su madre. No se pierda la oportunidad de encontrarse con la belleza de un maestro fundamental de la animación, porque ese contacto se siente en la emoción directa que solo provocan las obras de arte.


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