La talentosa directora griega Sofía Exarchou centra su mirada profunda sobre los trabajadores del entretenimiento en el mundo del turismo. Se trata de aquellos que animan a los pobladores de hoteles “All inclusive” a jugar al bingo, a bailar con sus cantantes, a brindarles show musicales, a mantenerlos ocupados todo el día. Los animadores o entretenedores. Un trabajo esforzado no muy remunerado en un lugar de paisajes de ensueño, que solo buscan que sus turistas mayores recomienden a sus amigos, tanta diversión fabricada. Especialmente la protagonista, una brillante Dimitra Vlagopoulou, muestra si tedio, su intuición de tener una fecha de vencimiento cuando le confiesa a una chica nueva a quien entrena, que ya no puede ni soñar. O lo que queda de las ilusiones rotas que encarnaban en una niña centro de toda una familia, que de chiquita imitaba a Madonna. Con un estilo que mezcla los shows y la alegría que debe ser sostenida a toda costa con buenos climas, con un estilo de lenguaje documental, se muestran los dolores y los golpes, el vestuario barato y reciclado, los rellenos para conseguir pechos exuberantes, el vacío imposible de llenar. Una clase trabajadora de brillos y lentejuelas tan sacrificada como cualquier otra actividad.