“Siempre hay un limite” dice el joven policía enredado en una historia de corrupción policial, trata de personas, tráfico de niñas y destino violento. En ese paraje olvidado de la Patagonia, un puesto policial solitario y sin recursos, es el escenario de un policial intenso y sin atenuantes. Para el protagonista una casualidad que lo hace parar en un bar mezcla de almacén y prostíbulo, para obtener algo de alimento para pasar nada menos que el día de su cumpleaños, significa una complicación de consecuencias agrandadas. Una “chica” del lugar filma algo con su celular que “no debe mostrase”. Cuando retira su teléfono que estaba cargando porta con él su cuota de riesgo. Será lo que lo espera: el descubrimiento de una pasión, de un momento de felicidad y luego el vertiginoso devenir bien escrito y bien dirigido por Mariano Benito. Agustin Sullivan se luce con protagónico bien secundado por un elenco que incluye a Jorge Prado, Ariadna Sturzzi y Emanuel Gallardo