La película está basada en una novela super best seller, de Collen Hoover, que desarrolla una historia de amor romántico en un contexto inesperado: la violencia intrafamiliar y de género. Además muestra como se enmascara el maltrato y de qué manera coercitiva e inapelable se presenta. Pero para llegar a ese nudo tan importante de destacar, hay una primera parte tan de comedia rosa hollywoodense y empalagosa, con todos los lugares comunes, que desconcierta y agobia. Es cierto que por eso el tema central tiene un impacto tremendo. Pero mostrar a una hermosa pareja como la impresionante Blake Lavely y el escultural Justin Baldoni (también director del filme) como sacados de un catálogo de modas, con detalles de cada modelito y accesorios y los manejos publicitarios de la imagen, cansan y la duración se alarga innecesariamente. Sin embargo cuando se llega al corazón del film, es otra cosa. Hay mucha habilidad del realizador para mostrar la cara oscura de la relación. Y eso ya hace valiosa a una película que tendrá un público amante de “romance” y de la fama de su protagonista. Poner el tema en discusión y vigencia que no es poco. Y los dos actores fuera del regodeo de los comienzos de la relación, se muestran efectivos cuando corresponde.