Todo el despliegue de las historias de fantasmas y demonios de la cultura tailandesa alimenta esta segunda parte de un verdadero éxito logrado por la primera entrega. Un exotismo inevitable mas una convicción que no nace del terror sino de la tradición crea una atmósfera ominosa que provoca distintas reacciones. Aquí está planteada que parte de la familia de la víctima que se muestra en la primera peli quiere seguir con su vida. Pero el padre siempre vigilante y especialmente el hermano mayor no piensan rendirse. Este último es un héroe musculoso, una suerte de rambo oriental que no le tiene miedo a demonio alguno y está dispuesto a destruirlos. Poderoso y valiente se interna en el Bosque de los Fantasmas para darle su merecido a la entidad que osó meterse con su familia. Esos demonios de lenguas largas y maquillajes cadavéricos que necesitan la energía vital de los vivos para seguir aterrorizando y entreteniendo (###)
TERROR (A la tailandesa con posesiones, lenguas venenosas y malísimas intenciones)