EL HIJO DE JEAN

Una película que será recordada por el espectador mucho después de su proyección. Y será así por su emoción, delicadeza y excelente resolución cinematográfica, con miradas, el tempo perfecto y las imágenes justas. Es la historia de un ejecutivo de 35 años, separado, que vive en Paris, que sabe por su madre, que es el fruto de un encuentro pasional de una noche y que su padre nunca supo nada de él. Sin embargo la llamada de un amigo de su padre, anunciándole la muerte y una herencia especial, lo motivan a viajar a Canadá a conocer quien fue su padre. La búsqueda del origen, esa necesidad vital de cada ser humano, que tiene la fuerza que nunca se extingue ni con el tiempo ni el abandono. Esa búsqueda de la verdad, que el amigo de su padre casi lo obliga a que sea en secreto, sin rebelar su identidad a los otros hijos del difunto, lo lleva a la búsqueda del cadáver de su padre ahogado en un lago. Un momento de suspenso casi policial, donde se entera que sus dos hermanos son despreciables, que su padre fue un mujeriego sin remedio y que encaró su profesión como el camino para acumular dinero y prestigio. Claro que eso no es todo. Los sentimientos encontrados, la verdad revelada, los sentimientos a flor de piel que nos llevan al nudo en la garganta y a la lagrima con elegancia, buen gusto, cine puro, secuencias para recordar y ni un solo golpe bajo., y más de una incógnita. Con grandes actores, Pierre Deladochamps y Gabriel Arcand. Y un director para seguir: Phillip Lioret. Una joyita para disfrutar momento a momento y luego recordar y charlar largo sobre el contenido. No se la pierda.