La necesidad tiene cara de hereje mediático

La foto de la polémica

por Catalina Dlugi

No hubo quien obviara un comentario sobre la foto de la revista Caras. En esa producción Gisela Bernal, Francisco Delgado y el nene de ambos, posan en una pileta de natación desnudos. La reacción, en especial sobre Gisela Bernal fue inmediata, alguien pidió que la justicia defienda al nene de esa madre mediática, otros hablaron de abuso. La mayoría reprobó una imagen que causa rechazo: la clave es que la pose de esa mama es de una persona preocupada por su físico, no hay en esa imagen una actitud maternal. Y eso es lo mas molestó en una sociedad donde siempre es mas cómodo cargar con fuerza sobre el ajeno que mirarse para adentro. Y porque es fácil. Demasiado fácil pegarle a un mediático.

Nadie ignora la historia de Gisela Bernal y Ariel Diwan. Casados, felices con Ian, él decide por televisión, nunca en privado, contar que descubrió que no es el padre biológico de su hijo, análisis de ADN practicado en secreto. Escándalo inmediato. Todos opinamos. Por supuesto. La cosa se complica porque pronto se descubre al padre de ese niño. Estaba en Montañita (en el lugar del doble crimen que nos conmociona), Ecuador. Con una vida tranquila de soltero. Con un diagnóstico que le pronosticó que difícilmente podría ser padre, regresó a nuestro país para conocer al hijo de Gisela Bernal, pero también para esperar el nacimiento de Elena que concibió con Barby Silenzi. Ante esta situación, Fer especula y logra un lugar en Gran Hermano, que dicho sea de paso, ganó. Quién podía resistir a un hombre pintón, modelo, que iba a ser padre de una bebita, con una mujer que ya no era su pareja. Y por si fuera poco era el probable padre del hijo de Gisela Bernal, dato ya comprobado con su respectivo análisis. A ningún afiebrado guionista de un culebrón se le hubiese ocurrido una trama así de “familia disfuncional” como Delgado define. Y todos consumieron alegremente esa historia, que hoy escribe un nuevo capítulo, que se desarrolló ante nuestros ojos, con lágrimas, rasgadura de vestiduras, y otras yerbas.

Lo que tampoco se puede obviar es la sinceridad de un hombre que dice que hace este tipo de notas porque necesita trabajar, puso todas sus fichas para participar de “Bailando por un sueño” y porque tiene que mantener a sus dos hijos. Y sabe que cada publicación, nota televisiva o radial lo acerca al objetivo de un trabajo bien remunerado. Mas mediatez, mas interés es la ecuación. Él explica así en el reportaje de “Agarrate Catalina” por La Once Diez:

 


Publicado

en

,

por