Una película dirigida por Simón Stone, basada en la novela de John Preston que adapta con muchos aciertos y algunas extensiones innecesarias Moria Buffini. Hay un hecho real que ocurrió en l939 en Suffolk, cuando la guerra era inminente, y que es el descubrimiento de una embarcación funeraria, de los sajones, en un tiempo anterior a los vikingos que ubica el relato y cambia la perspectiva de la investigación histórica. Pero sobre este hecho y como lo encontró el personaje de Ralph Fiennes, la mirada inteligente de la adaptadora capta muy bien las diferencias de clases sociales y el desprecio hacia el arqueólogo autodidacta, sin formación académica que resulta insultante. Descubre además una sutil y vigorosa relación, entre la dueña del lugar donde se encuentra el túmulo, y ese excavador entusiasta y sabio, con una sugerencia de un posible romance. La trama también se ramifica en demasía sobre un matrimonio infeliz entre una arqueóloga y su esposo, más feliz con hombres que con mujeres y su oportunidad para el amor. La la buena intención es mostrar a mujeres que con todo el prejuicio en contra, son capaces de tomar decisiones de independencia y ser sororas. Pero además todo lo que ocurre está teñido por la finitud del espíritu humano, la relación de los vivos y los muertos, los legados y la inminencia de la guerra que cambiará sus vidas para siempre. Con muchos puntos de interés, con grandes actuaciones, desde los protagónicos a cada papel secundario, una bellísima fotografía, son factores que superan la dirección correcta y un tanto rutinaria y la extensión del film. Es para disfrutar, dese esa oportunidad.
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