Un film hecho en Misiones, dirigido por Martin Riesnik, realizado con mucho esfuerzo y bienvenido por la idea de crear polos cinematográficos descentralizados. Una historia que comienza con un muy buen planteo, el paso de la niñez a la adultez de un adolescente seducido por una vecina que lo inicia en el ritual del fuego y en su debut sexual. Pero esa epifanía dura muy poco: la violencia irrumpe con unos soldados que se supone persiguen guerrilleros cuando el realidad lo único que hacen es incendiar las viviendas de los pueblos originarios y matar a cada uno de ellos, a las mujeres previa violación. Se sugiere que esos hombres están al servicio de poderosos que se apoderaran de esas tierras para su provecho. El protagonista, al que apodan “Selva” se une obligadamente a ellos y es testigo de cada brutalidad, cada expresión de violencia, mientras solo piensa en una venganza con eco ancestral. Bien planteada, luego el guión se deshilvana hacia un final llamativo.
DISPONIBLE EN CIEN.AR