LOS ASESINOS DE LA LUNA
4.0Scorsese en una película compleja, de denuncia, fascinante y larga

Solo realizadores tan importantes como Martin Scorsese pueden poner la lupa sobre hechos ocultos y tan vergonzantes como la historia de la población blanca de EEUU con los pueblos originarios, y más concretamente lo que ocurrió con la comunidad Osage en Oklahoma en la década de l920. Ya lo había hecho Quentin Tarntino con el tema de la esclavitud en “Django sin cadenas”. Temas que se esconden generalmente y que incomodan en EEUU. Scorsese en su última película, extensa, fascinante, se encarga de poner blanco sobre negro una ideología, una manera de ser de hombres blancos que deciden sobre los llamados pieles rojas con impunidad e indiferencia. No los consideran semejantes sino obstáculos a eliminar porque se interponen entre su inagotable avaricia y la riqueza que quieren solo para ellos. Por eso para el personaje de Robert De Niro, de un grado de crueldad y cinismo interminable, planear la eliminación de los ricos Osage es el mejor objetivo de su vida. Esa comunidad se transformó en inmensamente rica porque el petróleo broto en sus tierras, las que le dieron luego de correrlos de otros lugares. Y ellos, especialmente los herederos de sangre pura, tienen los derechos de explotación que los lobos, que los rodean, ambicionan. Y consiguen sus objetivos por bodas o por eliminación, métodos como envenenamiento, fusilamientos que figuran como suicidios o con dinamita bajo sus casas. Para “El Rey” del lugar es muy fácil conseguir asesinos y cubrirse con complicidades de médicos, banqueros, y la autoridad. A ese lugar llega el personaje de Leonardo Di Caprio, un buscavidas que ama el dinero y las mujeres y que su tío manipulará fácilmente. Scorsese se toma su tiempo para mostrar esa ruindad sin límites. Pero también el milagro de una relación entre una osage y el personaje de Di Caprio. Un amor profundo pero tan contaminado por la mentira y el hedor de la vileza que solo puede ser profundamente atractivo y repelente a la vez. El personaje  encarnado por Lily Glandstone es el corazón de la película, elaborado y profundo, ella es una flor en ese pantano. Un enorme trabajo. Di Caprio que le robo el acomodamiento de mandíbulas a Marlon Brando entrega una muy buena labor, igual que De Niro,  en esos pases de amabilidad, amistad y contenido siniestro. Ni hablar de pequeños papeles que brillan como John Lithgow, Brendan Fraser, y la llegada de Jesse Plemons, encarnado a un equipo que dará origen al FBI. Scorsese se extiende por tres horas y 26 minutos para contarnos esta historia magnética e inmersiva. Es mucho, pudo hacerla más corta pero quien le discute a un maestro….?.Se basó en el best seller de David Grann, con libro firmado por Eric Roth y el realizador. Y además se da el gusto de ponernos en tema en segundos al principio y de dinamitar la cuarta pared al final con sorpresa, en algo que algunos leyeron como su despedida del cine. Esta no es su mejor película pero hay que verla con el mejor aguante y ánimo, porque si que vale y mucho.

Sobre El Autor

Editora General

Periodista de Espectáculos. Trabajó en Canal 13 durante 25 años y en medios como Canal TV, Antena y Radiolandia 2000; en este último ocupó el cargo de directora. Acredita una vasta trayectoria en: radio Rivadavia, Radio Mitre, Radio Continental y la señal de cable TN donde condujo durante diecisés años el programa “TN Show”. Entrevistó a grandes figuras locales e internacionales y realizó para la Argentina la cobertura de los premios Oscar. Autora del libro "Los hombres del deseo". Es miembro de Aptra, Ace y jurado invitado de los Premios Clarín Espectáculos.

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