Es una comedia romántica y loca a la vez. Absurda pero en un punto muy atractiva, que le esquiva la tentación del exceso de humor chancho que puede devenir en este género de despertar adolescente y humor frenético. Una mujer adulta se enfrenta a una situación económica límite: su madre a muerto, le dejó como herencia la casa donde se crió y una montaña de impuestos sin pagar. La protagonista, sin muchos sueños a la vista, es bartender y con su auto realiza viajes para servicios informales. Un ex novio es el encargado de embargarle su herramienta de trabajo. Y ante la desesperación acepta un ofrecimiento raro: ayudar a debutar a un adolescente muy tímido e introvertido, y recibir como pago un auto. Un argumento delirante, que le permite al director Gene Stupnitsky armar un relato con ciento aire a Licorice Pizza, con datos sobre grietas generacionales, pero por sobre todo una historia de sensibilidad y amistad. Es una película con corazón, especialmente por Jennifer Lawrence es una gran actriz y se permite mostrar sus dotes para la comedia tonta, pero le sobra profundidad y sensibilidad cuando hace falta. A su lado Andrew Feldman, está bien en su papel de crecimiento, el sufriente ser que debe “abrirse al mundo”.
HAZME EL FAVOR
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3.0Humor delirante, pero con infrecuente sensibilidad. Genial Jennifer Lawrence