EL LIBRO DE LAS SOLUCIONES

El director y guionista Michel Gondry se mete con la historia de un cineasta que tiene una relación de amor odio con su película, con la que huye luego de una pelea con su empresa productora. Se instala en la casa de amable tía, con una editora, su ayudante y una productora. Equipo al que maltrata constantemente, en su delirio de negarse a ver el corte de cuatro horas que tiene hasta ese momento. Es un niño hombre que se empeña en la procrastinación hasta lo inimaginable. Y en esas huidas de obligaciones inventa desde camiones para editar, a exigir participaciones de famosos, como Sting, que es parte de la peli. En el largo camino del film hay humor y comprensión, rastros de historia personal del director, y mucho ingenio. Pero por momentos resulta tan irritante como su personaje, egoísta, vanidoso, petulante y enloquecido. Con hallazgos deslumbrantes como la razón del título y tropiezos alargados que cansan. Pero en proporción, este cineasta, un realizador en crisis, tiene frescura y creatividad. Es para amarla u odiarla.