Hacer una nueva versión de una película famosa porque la dirección la hizo Alfred Hitchcock, en este caso “Rebeca, una mujer inolvidable”, de 1949 con Lawrence Olivier, Joan Fontaine y Judith Anderson, implica un gran riesgo. Una comparación generalmente perdidosa, unas ganas de volver a ver la vieja película, una a favor, o para quienes no son cinéfilos, descubrir los recovecos melodramáticos de la novela de Daphne du Maurier. Probablemente en eso centraron su decisión los productores de esta remake. Con guión de Jane Goldman, Joe Shrapnel y Anna Waterhouse, la dirección de Ben Wheatley (Fuego Cruzado) le otorga a la historia una mirada un tanto fría y esquemática. En una primera parte se regodea de escenarios caros y bellos y luego se mete de lleno en una intriga donde malos y buenos tienen pocos matices y perdura la trama, muy ingeniosa de la autora, para llevar a los espectadores a una intriga y una resolución inesperada. Si bien la película no cuenta con una gran empatía entre los protagonistas Lily James y Armie Hammer, tiene otros actores que brillan como Kristin Scott Thomas en una gran creación y Ann Dowd (las dos siempre inolvidables) mas una lujosa producción que entretendrá a nuevos públicos.
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