Es un documental de Karim Cuyul que cuenta su propia historia de una manera arriesgada y distinta. Con un distanciamiento hecho de pocas figuras humanas y muchos paisajes, con un delicado instinto que la guía a descubrir los secretos sepultados por su propia familia y la de su país. Descubrir que la llamaron así, en homenaje a una mujer militante del Frente Patriotico Manuel Rodríguez, Karin Eitel, detenida, torturada y luego maquillada para disimular los abusos y vejámenes para ser exhibida en televisión, fue la punta del ovillo para iniciar su viaje, la indagación. Eligió retratar los caminos sinuosos, fragmentarios, fluctuantes de su propia memoria, utilizo archivos ajenos que consiguió por una convocatoria por facebook y utilizó no solo sus sentimientos. Están los datos oficiales de descubrimientos de cadáveres en el desierto. Y también desastres naturales, incendio de la casa familiar, aluviones y terremotos, una plaga, que funcionaron, según palabras de la directora, como metáfora de un país, que esta “continuamente levantándose”. El resultado es un trabajo tan atractivo como hipnótico, tan empático como doloroso. Se habla de generaciones atascadas en el fracaso, de mayores que se refugian en el silencio y la negación, y de una crecimiento hacia la comprensión y la verdad.
DISPONIBLE EN PUENTES DE CINE