Este film del mexicano Michel Franco viene precedido por el premio especial de Jurado y el jurado joven en el Festival de Venecia y por la polémica. Es un film extremadamente violento. Lo que muestra es la enorme desigualdad entre una clase pornográficamente rica y blanca y una población mayoritariamente originaria, de muy pocos recursos y destinada en su único contacto con esa clase dirigente, para servirla y como se verá rápidamente para ser incomprendida y despreciada. Un casamiento al que concurren los poderosos, se contrapone a noticias por el momento lejanas de un alzamiento popular identificado con la pintura verde, y con violentas manifestaciones. En un principio sin la intervención militar que los medios de comunicación casi imploran. El nexo entre esos mundos será un pedido de auxilio de un ex empleado a los dueños de la casa donde se celebra la boda. Frente a la poca solidaridad, solo la futura esposa parte para ayudar y se encontrará con el caos. El mismo que irrumpe en el festejo con su cuota de sangre y violencia sin límite. La visión del director es lineal, perturbadora. El mundo así como está no tiene salida, pero considera igual de violentos e irracionales a los oprimidos como a los opresores. Y después, un estado totalitario se instala para demostrar que se puede todavía, ser peor. Un régimen que pacta con los poderosos del ayer, a quienes tampoco respeta. No hay ideologías ni valores, las luchas serán solo a sangre y fuego, en un futuro absolutamente cruel e inquietante. Demasiado determinista, la mirada de alguien que ya no confía en la humanidad, y que puede caer fácilmente en el efectismo. Un infierno que solo puede engendrar peores abismos.
DISPONIBLE EN CINING Y CINEMARK HOYTS