Joe y Anthony Russo después de dos Capitán America y dos Avengers se juegan con ambición en un film que es una mezcla de géneros, en un relato dividido en un prologo, seis capítulos y un epilogo, con momentos en la vida del protagonista más logrados que otros. El guión hecho por la hermana de los directores, la reconocida guionista Angela Russo-Otstot junto a Jessica Goldberg se basa en la novela autobiográfica de Nico Walker. Un material que en mano de los realizadores tiene condimentos de crítica social, ironías, suspenso y tomas espectaculares, utilización de drones, una compaginación de ritmo alocado que no siempre tapa falencias. Es básicamente una película de crecimiento, de descubrimiento del amor y de una decisión equivocada del protagonista: afiliarse al ejército cuando su noviecita decide estudiar en Montreal. Los capítulos dedicados al entrenamiento militar, la acción en la guerra de Irak y su posterior condecoración son de lo mejor del filme, aunque nada nuevo se muestra. Pero el tono irónico, la trepidante acción y ciertos dardos dan el blanco. El regreso a casa con el ex soldado sufriendo stress post traumático, sin ninguna atención, lo hace caer en la espiral de la adicción a las drogas y el asalto de bancos para conseguir heroína. En ese estado arrastra al amor de su vida a un mismo estilo de autodestrucción sin remedio, una espiral que va directo al peor infierno. En esos capítulos se mezclan duras escenas de adictos, con trepidantes robos. Y una vuelta de tuerca esperable. Lo mejor es la actuación de Tom Holland con una entrega conmovedora a su personaje, muy bien acompañado por Ciara Bravo.
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