Las protagonistas son hijas de la sangre y la violencia. Y se las plantea, según la visión de Ramiro Garcia Bogliano, el director, como mujeres de acción que solo ven en la venganza un único camino. Las dos hermanas distanciadas se unen otra vez por un hecho fortuito, una por determinación y la otra por curiosidad, desoyen los concejos de una tía que trató de protegerlas ocultándoles la verdad. Se transforman en heroínas que buscan saldar la deuda de la impunidad y el film las muestra con las características de muchas películas de acción que hemos visto, pero con los papeles cambiados. Abundan los lugares comunes del género pero con un ingrediente distinto: la sororidad. El director eligió el camino de la acción pura y cuenta poco de cada personaje, solo los hechos inapelables. En el rol encarna Martina Juncadella, es una mujer que reacciona violentamente ante cualquier injusticia y está dispuesta a todo. Ella imparte justicia por mano propia. Un personaje riquísimo pero sobre el que no se profundiza. Su hermana menor, (Sara Hebe) mas ingenua, no duda en seguirla. Juntas son imparables. Y se la juegan con conciencia de género por otra mujer en situación límite. Los personajes masculinos se desdibujan en su corrupción o acompañamiento. Un entretenimiento vertiginoso, en la ciudad del director, La Plata, filmado con pericia y por momentos electrizante.
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