Una propuesta de ficción que vale con la fuerza de un alegato contra la incomprensión hacia los pueblos originarios. La protagonista es una joven arquitecta bien intencionada que trabaja para el gobierno y que cree que ese barrio que se entregará a varias comunidades wichi, traerán progreso y bienestar. A poco de conocer el terreno, las costumbres y las especulaciones financieras y políticas, comprende que todo es una maniobra para despojar de sus tierras a esos pueblos originarios, ignorando sus derechos y cultura. Esta historia escrita y dirigida por Daniela Seggiaro, en una tarea compartida por Osvaldo Villagra con textos en wichi y en castellano, es elocuente, sin estridencias pero firme en sus convicciones, y de una actualidad innegable.
HUSEK
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3.0Entre la ficción y el alegato documental, las injusticias de los que no escuchan