Una contundente película de Lucía Puenzo, en un guión que escribió con Mónica Herrera, Samara Ibrahim y la protagonista del filme Karla Souza. El tema es el abuso en el mundo del deporte. La imagen sigue implacable el cuerpo y el rostro de esa nadadora veterana clavadista, que regresa a ese mundo luego de algunos fracasos para competir en su última posibilidad en las olimpíadas. La cámara de Puenzo , el ojo del espectador, se compromete con los dolores y esfuerzos de esa deportista acorralada: las lágrimas, los gritos, los vómitos, el vacío en la mirada, el sexo compulsivo y brutal, son las respuestas a flor de piel para manifestar lo enterrado, lo negado, lo que se pretendió ocultar para siempre. El abuso deja huellas indelebles, se expresa, a veces, más allá de lo que la cabeza decide. Todo se despierta cuando se entera que su compañera de saltos y caídas perfectas será una adolescente que tiene la misma edad que la protagonista cuando comenzó a competir. Al poco tiempo tendrá que defender a rajatabla al entrenador acusado de abuso y le dirá a la madre de la niña que “es el mejor hombre del mundo y nunca se sintió incómoda con él”. Circunstancias sociales y psicológicas, presiones familiares y afectivas la empujan. Hasta que decide actuar. Se empodera. Brillante guión, gran trabajo de Karla Souza y mucha sensibilidad de la realizadora para cavar profundo en las heridas, en las laceraciones de alma y cuerpo.
LA CAIDA
LA CAIDA
4.0El mundo de la alta competición, el abuso con sus heridas indelebles