Una película compleja, jugada, de gran nivel, que tiene a la actriz más solicitada, Florence Pugh, al director prestigioso, Sebastián Lelio ( gano el Oscar por “Una mujer fantástica”)y que ejerce sobre el espectador una atracción hipnótica. Es un film para saborearlo en toda su dimensión, sin interrupciones, porque su proceso es lento pero de enorme tensión, con un gran cuidado estético, una singular fotografía, edición de sonido, dirección de arte. Comienza con un artificio, o la trama del artificio, como lo hizo tantas veces Lars von Trier, desde un gran estudio introduce y termina ese relato, que si bien está ambientado en Irlanda en 1859 tiene una mirada muy del presente con respecto al rol de la mujer. Pugh interpreta a una enfermera inglesa que deberá examinar y dar su diagnóstico sobre un caso que causa revuelo en un pequeño pueblo irlandés: una chica de 13 años que hace cuatro meses está en perfecto estado aunque no ingiere alimentos. En ese lugar las tradiciones más conservadoras de la religión rigen la vida de todas las personas y a poco de andar la protagonista no solo descubrirá la verdad de lo ocurre sino también la oscura trama de intereses de todos los involucrados, la familia, la iglesia que quiere un milagro, el alcalde con delirantes conclusiones científicas, y un sociedad que no solo quiere figurar como un lugar donde la hambruna diezmó a su población solo 13 años antes. Esa conjunción de intereses que oculta secretos tremendos, fanatismos, manipulaciones, tensa al máximo un argumento atractivo con su carga de suspenso y revelaciones. Una adulta que siente que su deber es salvar a una niña, de tanta opresión. No solo brilla la protagonista, es una revelación la joven Kila Lord Cassidy , además de Tom Burke y en papeles cortos grandes como Ciaran Hinds y Tobey Jones.
DISPONIBLE EN CINES Y NETFLIX