Un ámbito de trabajo estatal, con todas sus reglas no escritas y la amistad de dos mujeres que le sirve de excusa al director Ezequiel Radusky y (también co-guionista junto a Diego Lerman) para mostrar un mundo donde un cambio de autoridades en un empleo estatal, puede revertir sentimientos, transformar sororidad en odio, sobrevolar sobre la burocracia alienante, la corrupción, y el hundimiento en los infiernos no deseados. Una radiografía de idiosincrasias tan reconocibles como crueles. Liliana Juárez y Rosario Bléfari son las protagonistas. Rosario en su último trabajo antes de morir, mostrando su talento lleno de matices. Juárez en una labor conmovedora y consagratoria que le valió el premio a la mejor en el Festival de Mar del Plata. Una mujer que expresa un mundo de dolor con su mirada. Filmada con un ritmo constante de intrigas, con humor negro e ironías, ese mundo de trámites sin fin, alianzas que se disuelven para amar otras, ínfimos juegos de poder que pueden terminar con el destino de toda una vida, todo está mostrado con talento, sin golpes bajos, con fatalidad y sabiduría. Algo que comprenden esas mujeres que se metieron en un juego que las sobrepasaba.
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