El mismo y comprometido director Miguel Zeballos advierte que su film es “notas para una película de García Wehbi”, y también un ensayo sobre el cuerpo. Es que Zeballos no solo se transformó en testigo y observador de los trabajos de un artista interdiciplinario autodidacta que trabaja en el cruce de lenguajes escénicos y fue fundador de “El periférico de los objetos”, sino que decide una obra propia, una mirada sobre esos cuerpos en acción y sobre un artista tan singular que puede desplegar sus alas como regisseur, performer, actor, artista visual y docente. Una labor de largos cinco años sobre los trabajos emblemáticos de Wehbi (58 indicios sobre el cuerpo, Vértigo, Napoleón , Orlando, la sesión de fotos para Communitas (Libro que hizo con Nora Lezano), Artaud: lengua madre, Rey Lear, El grado cero del insomnio, Tiestes y Atreo , La Conferencia performática en Proa en el ciclo Direccionario, y dos de los tres espectáculos que componen la trilogía de la Columna Durruti, La Chinoise y En la caverna de Platón/ La cabeza de Medusa. Con un título sobre un trabajo que hicieron Maricel Alvarez y Wehbi tan emblemático como sugerente. Ser la destrucción y la creación al mismo tiempo. Ser el arma y la consecuencia. El resultado es una fascinante oportunidad de ser testigos de los actos creativos y la libertad que emana de cada momento. Un mundo secreto puesto a la vista con la mirada de un realizador que lejos de ser un simple documentalista, también con su mirada permite el nacimiento de otra obra que apreciamos con placer.
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