La sorprendente opera prima de una joven directora, Sol Berruezo Pichon-Rivière, que se adentra en el mundo femenino de las niñas, rodeadas de adultos dolientes, pero ellas aún en ese entorno despliegan su universo de género, sensible y solidario, captado de una manera única. Ese entorno de una niña de 12 años, que tiene una hermanita que se ahogó, que está rodeada de sus primas, que extraña a su madre, y la necesita más que nunca, finalmente encontrará con esas chicas una manera de sobrevivir y descubrir. La directora atenta a la sensibilidad femenina, lejos de los rígidos moldes de los lugares comunes, creo un mundo de una espontaneidad envidiable. Formó un equipo femenino para la filmación, buscando un entorno donde las niñas actrices pudieran moverse tranquilas y expresivas. Y con su talento de realizadora hizo el resto. Los adultos siempre están en los márgenes. Modelos de dolor y desborde. El centro de las miradas son las pequeñas que entienden y no lo que ocurre en su trágica dimensión. Están cerca pero solas. Pura sensibilidad y frescura, profundidad de palabras y silencios, de juegos y complicidades. La exprención del duelo. La llegada de la menarca. Los hechos de la pubertad mostrados en toda su complejidad y complicidad. Lo que hay que ocultar por imposición, la sororidad. Una construcción de apariencia leve donde los temas más profundos están presentes. Un film imperdible.
DISPONIBLE EN PUENTES DE CINE