Una comedia que al principio pinta convencional pero luego se tiñe de verdadera emoción y melancolía en el descubrimiento que hace el protagonista sobre la poca comprensión que tuvo en su vida hasta ese momento, para su propio devenir y su familia. Un quiebre tristón y bien logrado para un hombre que vivió demasiado tiempo ocupado en todo menos en si mismo. El director Eric Lartigau, que coescribió el guión con Thomas Bidegain, pone el acento en la ilusiones sobredimensionados de un señor que no entiende que ocurre a su alrededor, ni con sus hijos, y que se embarca en un viaje descabellado para conocer personalmente a una mujer que contacto por las redes. Una decisión que lo impulsa, como un galán romántico aferrado a una última oportunidad, que saldrá como menos lo espera, con un toque de recuerdo por “La terminal” y cierto aire de “Perdidos en Tokyo”. Sin perder el hilo amable de una comedia, el film se mete sin problemas en honduras bien tratadas, con adorables personajes secundarios y un final que no por convencional nos saca de las verdades que mostró. Un protagonista excepcional como Alain Chabat contribuye mucho a la creación de su cheff que aún se siente joven y capaz de amar, aunque siempre practico una “distracción” adictiva cuando debía comprometerse afectivamente. Nada mas desacertado en el amor como querer concreta ilusiones locas parece decir la historia que no resulta en vano para el protagonista. Una aventura delicada, empática, levemente irónica y desencantada que ganará el favor de los espectadores.
DISPONIBLE EN CINNING