A poco de estrenar la exitosa “Top Gun Maverick, el director Joseph Kosinski tiene su debut en la plataforma, con un entretenimiento que, si bien no llega a profundidades, pone en evidencia temas de ética, del poder, de la locura, del consentimiento y el trauma. En un lugar paradisíaco y aislado funciona este lugar, “spiderhead”, donde un científico tiene carta blanca para experimentar sus drogas con convictos que aceptan esta condición a cambio de una reducción de pena. El alma mater del proyecto está encarnado por Chris Hemsworth, con todo su bagaje de encanto e ironía, en un personaje que le permite lucirse con ductilidad. Ese hombre es el que ante cada prueba pide el consentimiento protocolar, pero ante una negativa manipula salvajemente a los sujetos hasta lograr su objetivo. Con sus drogas puede provocar una risa desenfrenada aun ante frases de odio, un apetito insaciable, deseos sexuales, terror sin límite. Esto hace que el lugar que parece todo menos una cárcel, no hay rejas, tiene liebre acceso, una cocina siempre bien provista, se transforme en un lugar siniestro que genera miedo y tensiones. Hacia el final se desbarranca en lo previsible, y los guionistas Rhett Reese y PaulWernick, (basados en un relato de George Saunders) se pierden de profundizar en una serie de personajes que apenas son presentados. Se lucen además de Hemsworth, Miles Teller y Jurnee Smollett. El director aprovecha cada vuelta de tuerca para atrapar al espectador que aunque se la ver venir no puede dejar de verla.
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