La directora argentina-costarricense Sofía Quiroz Úbeda, nos regala una película con mucho de magia, de fantasmas, de comprensión profunda de los ciclos de la naturaleza, de adioses a los seres queridos para después, con ese cargamento de sabiduría seguir adelante. La protagonista, una preadolescente, que tiene a su madre muerta, que convive con su abuelo, con una vecina, los dos adultos mayores, pero también con la pulsión de su crecimiento. Por los recuerdos y los afectos es capaz de entender como nadie a esos seres que ya no están o que están por irse. También se permite el deseo, la vitalidad, los errores, la apariencia y la verdad. En la visión misteriosa y espléndida de la realizadora hay un espíritu que habitó “El abrazo de la serpiente” o “Pájaros de verano”, pero con originalidad propia. Es un film sensorial, de climas, de inteligencia y mirada abierta a la exuberancia de la selva, de los momentos espirituales o de alegría pura de la existencia. Smachleen Gutiérrez, Humberto Samuels, Hortensia Smith son maravillosos actores no profesionales que tienen una gran entrega bajo la dirección de Quiróz Úbeda en su primer largometraje, que muestra su talento.
DISPONIBLE EN PUENTES DE CINE