Filma como ella solo sabe hacerlo, y ya es un acontecimiento. Se trata según su definición de un unitario documental, un medio metraje de 37 minutos, protagonizado por la hipnótica cantante Julieta Laso, que además de sus canciones tan expresivas y redescubiertas, hace el relato en off. Cuentan que este trabajo nació cuando se suspendió un show que planeaba la Laso que no pudo realizarse. Y transcurre en Salta, es un aquelarre, un encuentro de brujas, es decir de mujeres sabias y talentosas que despliegan sus dones y destrezas. Están en contacto con la naturaleza, en casas de adobe, con ruidos y voces hostiles, con una complicidad única de emociones y cruces de miradas, que habla no ya del empoderamiento, sino del poder liso y llano de mujeres tan distintas y tan hermanadas en luchas y reivindicaciones. Julieta Laso interpreta como ninguna canciones como “Muchacho”, “Cara de Gitano”, “La sombra”, “Romance para un negro milonguero”, a su lado aparecen otros milagros. La copla en la voz de la consagrada en el mundo Mariana Carrizo, o la presentación de la primera coplera trans de los Valles Calchaquíes, Lorena Carapachay. También participan las Whisky, el dúo feminista de noise formado por Maka Fuentes y Mar Pérez, el ícono del trap femenino emergente B Yami, la excepcional pianista Noelia Kinkunas, el maestro salteño de guitarreros Bubu Ríos.
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