Este es el brillante debut como directora y guionista de la talentosa Maggie Gyllenhaal. Para eso contó con la novela de Elena Ferrante, esa misteriosa autora italiana responsable de “Mi amiga estupenda”, que plantea temas inquietantes y generalmente no políticamente correctos. En este film se habla de la maternidad, del instinto materno, de la necesidad de dejar todo por querer asentarse en la profesión y no soportar más la responsabilidad de los hijos, que generalmente recae en la madre, de las culpas y el perdón. Pero también hay un ojo atento a las tensiones sociales, el racismo, el miedo y la intolerancia. Un afuera con un ligero tinte mafioso que otorga inquietud de policial a uno de los tiempos de la protagonista. Una amenaza en el aire y en los gestos, en sus compulsiones y enojos. Una fragilidad latente, y definiciones contundentes como ”Soy una madre antinatural”. En el presente de la protagonista, un veraneo en una isla griega, invadida por una familia con orillas ominosas, la resplandeciente Olivia Colman transmite con maestría todos los matices de su soledad y los tormentos o logros de su pasado. Ella pago los precios de su libertad, tiempos interpretados por otra gran actriz Jessie Buckley. La mujer que deja a sus niñas demandantes y a su marido suplicante para cumplir su vocación profesional y permitirse un amor distinto. Toda la complejidad de los personajes se completa con otro rol femenino demandante y desesperado que lleva adelante con intensidad Dakota Johnson. Esos roles femeninos tan ricos, llenos de pliegues ocultos que fascinan y atraen en toda su complicación. Allí se ve la mano de la directora, segura, discreta, dejando pistas, puntos oscuros, intrigas que sobrevuelan la calma. El elenco masculino también cuenta con grandes actores Ed Harris, Peter Sarsgaard, Paul Mescal (Normal People). Un film para prestarle atención en todo recorrido, con una fotografía perfecta, y una intriga constante. Imperdible.
DISPONIBLE EN NETFLIX