PRISCILLA
4.0El mundo oscuro de un ídolo y su esposa controlada como una princesa triste y presa

Quizás ninguna realizadora como Sofía Coppola para empatizar y mostrar con una enorme sensibilidad el papel de Piscilla Presley en la vida de un ídolo mundial como Elvis. Y para ser al mismo tiempo lo suficientemente personal, creativa e independiente de la autobriografía que escribió Priscilla y de tenerla de socia en la producción. Lo que construye la realizadora es el retrato de una niña atrapada en un mundo de muñecas, el rol que le da un ídolo que la supera en diez años de edad, que seduce primero a sus padres y obviamente a ella, pero para darle un rol de soledad y exclusión. No solo estaba la diferencia de edad, un tema que en esa época se naturalizaba con una liviandad escalofriante. La chica que aterriza en Graceland se dará cuenta que ni siquiera puede entrar en determinadas habitaciones, que deberá peinarse y maquillarse, vestirse y comportarse como lo quiere ese Dios Elvis, manipulador y distante. Ademas Priscila debe estar siempre en la casa, atenta al teléfono porque él debe encontrarla siempre cuando se le ocurra comunicarse. Una cárcel construida con lujos y aislamiento. Elvis siempre prefiere festejar con su banda y amigos, mantenerla lejos de los  sets de filmación para vivir con sus amantes y mostrarla solo para ayudar a construir su imagen de realeza estadounidense con proyección mundial. La mirada empática de Coppola no se regodea con partes escabrosas pero toma distancia del ídolo, que casi no canta sus canciones, salvo una breve parte y elige canciones anacrónicas y perfectas para ese retrato de princesita melancólica que durante mucho tiempo resiste ese mundo hasta que junta fuerzas para abandonarlo. Las actuaciones de Cailie Spaeny y Jacob Elordi son muy buenas. Un film que se transita con emoción y descubrimiento. Como la chica que camina deslumbrada en un mundo alfombrado con lujo y decepción.

Sobre El Autor

Editora General

Periodista de Espectáculos. Trabajó en Canal 13 durante 25 años y en medios como Canal TV, Antena y Radiolandia 2000; en este último ocupó el cargo de directora. Acredita una vasta trayectoria en: radio Rivadavia, Radio Mitre, Radio Continental y la señal de cable TN donde condujo durante diecisés años el programa “TN Show”. Entrevistó a grandes figuras locales e internacionales y realizó para la Argentina la cobertura de los premios Oscar. Autora del libro "Los hombres del deseo". Es miembro de Aptra, Ace y jurado invitado de los Premios Clarín Espectáculos.

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